A partir de una humilde casa de leñador del siglo XVIº, y después de haber pasado por una gran cantidad de reformas durante siglos , ha conseguido una elegancia y una mezclas arquitectónicas armoniosas.
Dentro del espíritu conservador, en la actual cocina se ha remplazado el muro de carga por un islote, de un lado el fregadero en cobre material recuperado, del otro lado la zona de cocina. De esta manera la persona que cocina puede participar de la conversación de los comensales. Un concepto totalmente nuevo, se ha acomodado el espacio a los nuevas formas de vida. La madera en su color es la reina, vigas, travesaños vistos, resaltan en el tono blanco de los muros, de este modo, la madera adquiere un mayor protagonismo.
El comedor, es la zona más antigua de la casa, el suelo de azulejos de origen, en barro barnizado, el entramado de madera visto lo que se llama «Colombages» Típico de las casas de campo de época. La mesa de refectorio, estrechas y largas, proceden de los conventos y congregaciones, donde se ponían en forma de U, de esta manera se veían todos los comensales. Las sillas de respaldo alto en rejilla, son de roble con su pátina del tiempo. Toque de color, con la tapicería estampada en asientos y cortinas.
Toda la estructura de la casa de campo se ha mantenido, los techos bajos son identificativos de las casas de época. Calentar estas casas grandes de muchas habitaciones era difícil, es la razón de techos bajos. El papel pintado en uno de los muros remite al campo, una idea buenísima empapelar un lado del muro alegra, da luz a la estancia. Dos armarios alacenas, donde se guarda el menaje de la casa.
La sala de recepción, las columnas de madera y el suelo de tablones de roble, la mesa y sillas las han comprado en un anticuario inglés, las lámparas de cristal soplado en tono azul se han comprado en el mercado de las pulgas en Paris, los ángeles sujetando velas, candelabros recuperados de iglesia, una puesta en escena espectacular.
Carol, la dueña es una coleccionista que ha ido amasando a través del tiempo muchos elementos decorativos, solo ha puesto los que convivan bien, a su gusto, Carol ama todo lo que tiene una historia, lo que posee un encanto inherente. Rincón de chimenea, butacas de roble del siglo XVIIIº, tapizadas con tela vintage.
En el dormitorio, algunos toques personales, una foto de Michael Caine, un retrato de Carol. Dormitorio encantador, personalizado.
maisons de Campagne.
