museo casa mollino, el pardalot, ofelia aparici

El apartamento de Carlo Molino, se encuentra en el piso principal de esta villa aristocrática edificada en 1888, en las orillas del río Pô en el centro de la ciudad de Turín. El testimonio de un arquitecto esotérico, que sobre ser una demostración de arquitectura de interior, la casa Molino en Turin, ofrece una reflexión metafísica sobre la vida, el curso de la existencia. Su visita es una verdadera experiencia. Hijo único de un riquísimo ingeniero, toda su vida la consagró a la explotación de sus pasiones, pasando de la una a la otra : Arquitecto, diseñador, experto en aerodinámica, también un esquiador increíble, ingeniero en automóviles, piloto de aviones, esteta excéntrico. Mollino, conjuga el racionalismo pragmático de un ingeniero y la creatividad formal de un artista.

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A la altura de una persona, el espejo ovalado, refleja la imagen del visitante que entra en la casa, la consola y el barómetro son diseños de Carlo Mollino, lámpara en cristal de Murano, cubo en plexiglas coloreado que encierra una pirámide. El 27 de Agosto de 1973, Carlo Molino muere en Turín, de una crisis cardiaca, no deja detrás ningún heredero, cuatro mansiones, una de ellas secreta, en el número 2 de la Vía Napione, que jamás habitó, donde trabajó durante ocho años con enorme esfuerzo y espléndidos materiales.

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Los espejos son omnipresentes en el apartamento desde el comedor al dormitorio, en ellos se refleja la naturaleza que se observa por los ventanales, el río Pô y los árboles de sus riveras. La decoración mezcla diseños de renombre, como la silla tulipa, firmada por Eero Sarimen, y la chaise longue de Le Corbusier diseñada por Charlotte Perriand (Cassina) con piezas inspiradas en la antigüedad, como la mesa velador, compuesta de un plato de mármol que apoya en una columna de estilo clásico.

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En las paredes, fotografías agrandadas del bosque, en negro y blanco, completan un dispositivo vegetal, destinado a hacer del apartamento un verdadero jardín del Edén. La moqueta verde oscura, evoca el césped de la naturaleza.

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En el salón, en medio de las fotografías agrandadas del bosque, un gran espejo arbitra una pequeña chimenea de estilo Luis XV, diseñada por Mollino, decorado en estilo Art Nouveau, herencia de su padre, con motivos florales a juego con la alfombra en lana. Cada objeto es elegido sobre todo por su simbolismo más que por su valor estético.

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Separado de la entrada por altas puertas japonesas, tres espacios consecutivos, que se pueden separar por cortinas de terciopelo amarillo: Un pequeño salón, un espacio circular que da acceso a la terraza sobre el río Pô y el comedor, en el espacio central una chaise longue «Tonet» coronada por una lámpara de Murano, a su lado una inmensa concha, que parece la que utilizó Botticelli para hacer emerger  a su vénus.

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Verdadera evocación de las casas japonesas tradicionales. El suelo de la entrada, de cerámica de Vietri, azul cobalto con flores blancas. Pareja de vasos orientales completan la puesta en escena.

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Fascinado por la cultura del antiguo Egipto, Carlo Mollino ha concebido su casa como un cénotaphe. Esotérico y ecléctico, el dormitorio se asocia a los estilo antiguo Egipto y Renacimiento. Una cama estilo Imperio representa la barca sagrada que conduce el espíritu a la vida eterna. El revestimiento de estampado leopardo de los muros, recuerda la ropa sagrada de los faraones, en el suelo cojines antiguos donde el bordado representa la escena de la embarcación, transportando al difunto hacia la villa de Abydos. El simbolismo aquí raya en el paroxismo.

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El cuarto de baño es de una luminosidad remarcable, intensificada por la presencia de espejos, los motivos florales de los azulejos en tono rojo y amarillo, intensifican la luz en los muros y en el suelo. Residencia para la eternidad, esta casa, es el reposo eterno soñado por su creador, Carlo Mollino; lo revelan los símbolos egipcios diseminados por toda la casa, pirámide dentro de un cubo de plexiglas, mesa de ofrendas en la entrada, cojín bordado donde figura la embarcación al más allá, todo trata de ceremonias y mitos relativos a la vida después de la muerte. Debemos admitir, que su proyecto tiene algo que ver con la idea de los faraones egipcios; edificar una pirámide para arbitrar su espíritu en la eternidad.

Museo casa Mollino, vía Napione 2, 10124 Turín, Italia, www.carlomollino.org

 

 

Art&Décoration.nº528

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