Otto está invitado en casa, Otto es uno de los miles de perros que son abandonados en este país, en este caso le habían tirado a un contenedor de basura, a él y a toda la camada. Mi hijo lo adoptó, menuda suerte ha tenido Otto, recibe una vida plena de atenciones, cariño, respeto, que sin duda devuelve multiplicado por mil.
En contra de todo lo previsto, por mi veterinario y amigos que tienen perro, ha sido aceptado en mi manada de alanos sin problema, el veterinario me decía:» Tres machos, en su territorio se lo van a merendar». Ignoran la nobleza del alano, el carácter equilibrado, pienso que ellos saben que es el perro de mi hijo, me hacen caso cuando repito constantemente «Otto es intocable».
Mi hijo se informó de como se debía introducir a Otto, en primer lugar fuera del territorio de los alanos, fuera de la finca, por orden de jerarquía, la primera Rumba, la mama que a pesar de sus once años sigue siendo la jefa, Rumba lo aceptó, feliz moviendo la cola, probablemente pensó que se trataba del hijo pródigo que vuelve a casa, la mitad del trabajo conseguido.
Con Sancho y Trifón, no hubo problemas, Sancho es su compañero de caza, a Trifón ni lo sacamos al camino, Trifón es el equilibrio personificado, es la personificación del carácter de alano, solo con su presencia impone respeto, su trabajo consiste en vigilar y dar la voz de alarma, para las almas perrunas como yo, hay perros que marcan tu vida, perros inolvidables, en mi caso será Trifón, hasta ahora, ya que pienso seguir conociendo almas afines.
El segundo en la presentación fue Gascón, el de color anaranjado que duerme en la foto, Gascón tiene mucho genio, y la verdad tenía mis dudas, todo su lomo se erizo y obscureció, Gascón es un toro de 56 kilos, que me llevaba a rastras durante la presentación, Gascón ha aceptado a Otto sin grandes muestras de cariño, realmente lo ignora, pero con el pleno conocimiento que Otto es de mi hijo y de mi nieto, por lo tanto intocable.
