Esta casa al abrigo de una vegetación preservada, se encuentra en las colinas de Porto-Vecchio, restaurada por el arquitecto Thomas Fourtané y la creadora de moda Filippa Knutsson. Ha estado edificada en parte con las piedras secas de una antigua cantera. Se prolonga al jardín, con dos terrazas superpuestas en madera, sombreadas por cañizos, coronada de olivos, invita a mirar las cimas corsas.
La entrada de la casa, solería en barro cocido, muros encalados en blanco, color que unifica el espacio, un sencillo perchero en madera sirve para colgar sombreros y capazos, utensilios que se utilizan a diario.
Comedor exterior, la mesa en piedra, muros realizados con listones de madera, la madera siempre resulta acogedora, sillas de tijera sencillas y prácticas, techo de cañizo, en mi opinión estos techos no son muy prácticos, si llueve el agua moja todo, del sol no protege, eso sí, son ideales y económicos.
La piscina rodeada de vegetación, un ambiente fresco y relajado.
Techo a dos aguas, vestido de listones pintados en blanco, cubre el salón y comedor, con una decoración donde se mezclan influencias marroquíes y escandinavas. En un lado de la chimenea realizada en piedra, se ha realizado una librería a medida. Pareja de butacas diseñadas por Hans Wegner en 1960.
Gran mesa de comedor realizada a medida, también se utiliza para los diseños del dueño, el aparador del fondo pintado en negro, ha sido diseñado por él.
La cocina realizada en madera de pino a medida, la encimara de trabajo en cemento recubierto de una resina, la cocina se ha instalado en el corazón de la casa. Funcionalidad ante todo.
Habitación principal, sencilla decoración sobre suelo en barro cocido por una escalera se accede directamente al jardín.
Maisons CôtéSud.