Una auténtica casa de campo, restaurada con respeto a su tradición mezcla en el interior la modernidad en su decoración. Respetando los espacios, respetando el entramado de vigas antiguo, se ha conseguido un ambiente minimalista, funcional y actual. No es mi estilo, pero reconozco que todo es viable si la estructura es auténtica con clase.
l blanco unifica las estancias y sienta bien a los muros y lo mejor son los comensales a la mesa, que atentos esperan el primer plato.
El diseño alcanza el jardín, las butacas son Wallace y las mesas de Sarah Lavoine.
En el baño, nos encontramos con lavabo en piedra, basado en diseños actuales una mezcla entre la antigüedad en la materia y la actualidad en el diseño, el resultado es fascinante. Guiño al pasado en la bañera.