Últimamente he asistido a un bautizo en Francia y a una boda en un pueblo costero del Mediterráneo. Ambos eventos se han celebrado en las casas de los celebrantes, una en la residencia de campo, la llamada casa de familia «Maison de famille», y la boda, se celebró en la casa familiar al borde del mar. Donde la novia ha pasado todos los veranos de su infancia. Casas entrañables y llenas de risas, recuerdos imborrables de la infancia.
Me parece una idea estupenda, a lo mejor es más trabajo, perjudica a los hoteles, pero vale la pena añadir un recuerdo más a esas casas llenas de historia, de tu historia, vivir felices acontecimientos es un plus en estas entrañables casas.