La antigua granja situada en la Drôme provenzal, dispone de una gran cocina distendida que combina la modernidad con el encanto, los muros de origen dejan el ladrillo visto, los muebles en pino pintado han sido realizados a medida, armonizan con la piedra de Tavel que viste la encimara, toda la superficie de trabajo.
Como una nube en alto la campana extra humos, hecha a medida por un herrero le suma un toque de originalidad indudable.
Una antigua casa de granjero, situada en el Lubéron, ha recuperado una vida nueva. La pequeña cocina se ha reformado a partir de madera recuperada de puertas y mallorquinas antiguas transformadas en frentes de armarios y cajoneras con la inimitable pátina que proporciona el paso del tiempo. El toque de color lo determina los azulejos en la pared de la zona de cocina.
Sencilla y encantadora la cocina ha encontrado su sitio en la antigua cava, Sobre un suelo de cemento encerado, se ha creado un largo espacio de trabajo o encimera, de cemento encerado, la pared se viste con azulejos en un tono rosa que rompe con la monotonía del gris del cemento. Las puertas de los armarios se han sustituido por cortinas en lino, que acentúan el espíritu auténtico del lugar.
La cocina de colores del Sur, invita a deliciosos almuerzos, la pared de la zona de donde se cocina está decorada con azulejos de tierra cocida y esmaltados colocados en diagonal, armoniza con el suelo de baldosas de tierra cocida, típicos de zona.
Con sus muros encalados, su campana, nichos y mobiliario de obra la cocina ofrece una decoración provenzal con rasgos de buen humor. Los azulejos de tierra cocida esmaltada colocados en diagonal confieren dinamismo al ambiente, en el suelo baldosas de tierra cocida aportan un toque de calor, todo ello adornado con accesorios de hierro forjado de curvas armoniosas.
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