Cal blanca, madera materiales naturales, esta casa que respira el sol del Mediterráneo ha sido construida en el más estricto respeto a los modelos de las casa tradicionales de las islas Baleares. La decoración de interior a la vez luminosa y acogedora, perfectamente en consonancia con el entorno, asocia la autenticidad con el espíritu contemporáneo.
De lineas sencillas, de muros blancos a la cal, lineas redondas, madera bruta, el estudio de arquitectura Blackstad es especialista en la reconstitución minuciosa de los hábitats populares, tradicionales locales.
La integración de los espacios de la vida exterior en el entorno natural es uno de los principios esenciales del concepto arquitectónico.
Una casa como homenaje a la arquitectura mediterránea. Una forma de rusticidad, de simplicidad, enriquecida por el calor, por el confort y la elegancia que caracteriza las necesidades y gustos en materiales de la habitabilidad de hoy en día. Ha sido la principal idea que tuvieron los dueños del terreno cuando llamaron al estudio de arquitectura Blaskstad, especializado en las construcciones tradicionales mediterráneas y sobre todo de las olas Baleares, en este caso de Ibiza.
Comunicación perfecta con el exterior, el exterior ha sido una prioridad en el contexto. No solamente porque estamos en un país de sol, también por la situación geográfica, en Ibiza. Grandes aberturas que prolongan en los porches la vida cotidiana.
El mobiliario exterior en madera natural, algunas piezas son de mercadillos con cierta antigüedad sin pretensiones, otras provienen de la tienda «Tierra Azul» del decorador Toni Espuch.
Enfasis en la frontera exterior/interior, el mismo revestimiento del suelo, cemento pulido, la alfombre sirve de elemento diferenciador y otorga el toque cálido a la neutralidad del cemento.
El mobiliario y los objetos de decoración, han sido elegidos por los propietarios durante la construcción de la casa, para que cada pieza se ubicara perfectamente en su espacio. Es el caso de la mesa baja «Espectacular» Una base metálica y un sobre de madera recuperada, encima piezas de cerámica diseñadas por Lola Rivière.
Atmósfera rústica en el comedor que integra toques eclécticos. A destacar los diferentes tipos de sillas y el antiguo banco francés.
El dormitorio principal rebosa simplicidad, de cabecero una antigua puerta española del siglo XIXº en madera de castaño. La ropa de cama adquiere un papel relevante en este contexto monacal; telas frescas, naturales y ligeras como la mosquitero en tela de seda, los tonos terrosos son aligerados por la luminosidad del blanco de los muros.
Los mismos códigos decorativos se han utilizado al vestidor y al cuarto de baño. Madera en bruto y algodón blanco consiguen crear un universo a la vez sobrio, acogedor, luminoso y auténtico, invitan a la naturaleza al interior. Los muebles vienen de Tierra Azul. Una verdadera lección de estilo.
Maisons. Village Campagne. Trimestral Sep/Oct/Nov 2018. Reportage realizado por Loreto López Quesada.
