En Auvergne (Francia), Chantal hija de la zona, ha transformado la capilla de un viejo convento en una gran edificación. Un lugar donde el cambio de vocación ha sido concebido en el respeto a la historia y al espacio original, siempre con la idea de preservar el alma de la construcción. Detrás de su auténtico aspecto, se encuentran años de esfuerzo para conseguir una edificación implantada en el siglo XXIº.
El respeto a la historia pero también la conformidad a los contrastes contemporáneos ecológicos, han presidido esta singular rehabilitación. Preservar el pasado y el futuro. Ha sido su amigo, el arquitecto Jean Paul Cristina, el encargado de la alucinante misión de transformar la antigua capilla del convento en casa. Con dos objetivos: Respetar la historia y conservar los elementos originales, corazón circular, vidrieras, columnas de escayola…..Acomodando el espacio a las exigencias contemporáneas ecológicas con la utilización de materiales de recuperación y la mínima dependencia energética.
Todo lo que se ha podido conservar de los elementos originales ha sido preservado, como el suelo, las boiseries, los nichos y las columnas circulares, también algunas vidrieras protegidas y completadas por un doble vidrio. Para hacer vibrar el espacio, Chantal ha incorporado en la decoración un atril con partituras de música sacra.
Nuevas perspectivas han sido creadas con la habilitación interior, donde las líneas gráficas dejan todo el espacio a la decoración. Las líneas puras de la cocina y de un comedor contemporáneo, se abren al corazón de la vieja capilla, donde se prolonga el nuevo espacio delimitado por una gran estufa en blanco donde se posa una gran hoja de acanto vestigio del antiguo techo.
Chantal ha optado por los tonos blancos en la cocina y los tonos naturales, materiales dejados en bruto como el suelo de la cocina recubierto de paneles de OSB, láminas entrelazadas de madera. Alrededor de la mesa de pizarra, las sillas se han vestido de fundas en blanco, que a mi me hacen pensar en monjes.
Las líneas gráficas de la escalera en metal y madera, sujetan el balcón superior, para animar el inmenso volumen, se ha creado este palco entre el nivel superior e inferior, donde se ha instalado el salón y desde donde se puede admirar las vidrieras si tener que levantar la vista. Todo ha sido pensado al milímetro.
Los dormitorios se sitúan en el piso superior, la luz entra por las ventanas. Chantal ha creado una atmósfera: Suave, intima y confortable (Un poco fantasmal). Siempre con el concepto de gran simplicidad. Toques étnicos, románticos y contemporáneos se asocian sin problema.
Si el viejo convento ha comenzado una nueva vida, la sobriedad de su decoración, el espíritu monacal contribuye a la perpetuación de su historia. Entre la sobriedad y la luz, mi convento no deja indiferente, si, aquí hay alma….Dice Chantal.
Campagne CHIC&BROC nº19
