Matizada, con textura, las formas de aplicar la pintura hoy en día permiten rememorar los ambientes de antaño, aportando profundidad y efectos matéricos. Un mueble pasado de moda, olvidado, con estos materiales recupera la actualidad, un muro renovado se integra perfectamente en la nueva decoración.
En esta cocina en su parte trasera los muros se han recubierto de un enlucido mineral a base de cemento de pigmentos naturales y argamasa con cola. El resultado es un aspecto empolvado y mate como encalado, es una excelente idea para la cocina, ya que produce que sea hidrófuga y no se mancha.
Es fácil dar vida de nuevo a muebles de antaño, por ejemplo este buffet de principios del siglo XXº repintado en beig, que dinamiza con el tono rojo interior. Una buena idea a seguir.
Para recrear la ilusión de una pintura patinada por el tiempo los muros han sido pintados con pintura a la cal muy diluida, varias capas diseñan como nubes propias de decoraciones de otras épocas, muebles de cocina, objetos patinados, frutas de verano, evocan una campiña nostálgica.
El cabecero y las mesillas de noche de estilo Art Déco compradas en un brocante, se han decorado en un azul delicadamente envejecido. En los muros se ha mezclado dos tonalidades, uno gris y otro marrón, matizados y trabajados al mismo tiempo para crear ese resultado, para terminar una pátina a base de pigmentos marrones y de polvo de mármol crea el efecto nacarado.
Si las puertas Luis XV se han puesto tal y como estaban, hay que ser un verdadero experto para conseguir la misma pátina en el tocador antiguo. El espíritu del siglo XVIIIº se ha conseguido totalmente.
Para conseguir profundidad y claridad en este pequeño dormitorio, dos tonos de gris bordeados de una línea amarillo oro, animan los muros al más puro estilo gustaviano.
Objetos rebuscados, bañera antigua, en el suelo baldosas de barro cocido, adquieren luminosidad gracias a la pintura de los muros de un verde de reflejos grises, adquiere el baño una elegancia de otra época.