La dueña de esta casa, es una apasionada del siglo XVIII, particularmente del estilo Gustaviano Ha puesto en valor su casa del siglo XIX consiguiendo un ambiente elegante, acogedor un grito al estilo Gustaviano.
Esta casa en pleno corazón de Nimes es de 1890, sus actuales dueños la han restaurado con respeto hacia sus raíces, cambiaron la fontanería y electricidad, el parquet ha recuperado su color caramelo original que le da un ambiente inmaculado.
A la dueña le divierte poner por las diferentes estancias retratos de la época de la casa, así como muebles de época que ha mandado patinar al estilo Gustaviano.
En el inmenso salón, podemos observar diferentes estilos, una banqueta en rejilla Luis XV, dos butacas en cabriolet de estilo Luis XVI, aun así casan a las mil maravillas con un sofá contemporáneo.
La propietaria ha vestido los grandes ventanales, con cortinas abullonadas en lino, dejan pasar la tenue luz y consigue un ambiente teatral en estancia.
En el dormitorio principal, la paleta de colores coordinan perfectamente con la colcha y un para feu tapizado en toile de Jouy delante de chimenea en mármol.
La habitación de la niña, en color total blanco, y pequeños toques decorativos en rosa pálido, parece un delicioso sueño.
Los buenos volúmenes de esta casa ponen una perfecta base donde la propietaria con mucho gusto y atención, ha puesto cada mueble cada objeto que hace su juego. El espíritu del siglo XVIII, en estilo Gustaviano, se respira por doquier en cada rincón recordando sin agobiar tiempos de antaño.
El baño es un camaieu en gris y blanco, siguiendo en armonía el resto de la casa. La dueña ha patinado la mayoría de los muebles, esencialmente en tonos claros gris y blanco, ha conseguido su universo personal con objetos buscados y elegidos con verdadera pasión, y se nota.
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