Una casa a lo largo de un solo piso, fachada encalada blanca, contraventanas en azul profundo, esta vieja granja data del siglo XVIIIº, ha conservado toda su tradición, restaurada con gusto se ha convertido en un encantador refugio donde deliciosamente pasa el verano protegidos del calor por sus gruesos muros.
El comedor con un aire romántico de estilo marino donde la lámpara se suspende con un cabo de barco,una colección de caracolas en la mesa auxiliar no desentonan.
En el interior de esta vieja granja, predomina el tono azul que ellos llaman azul carretero, por lo visto repela los insectos y en honor a la verdad proporciona luminosidad a la granja.
Le secret des belles maisons. Art&Dècoration