Color eminentemente francés, que debe su nombre al gran Trianón, construido en el conjunto palaciego de Versalles en época Luis XVI, se asocia a una decoración clásica.
Su tonalidad entre gris y azul, para mí es un básico en decoración, en paredes y mobiliario queda elegante, y es la base por ejemplo en los trumeaux, para meter color en los copetes que normalmente representan escenas campestres, bucólicas o de animales, y que pintaban pintores de segundo orden, pero de aquella época, con un virtuosismo exquisito.
El gris trianón mezclado con pan de oro o pan de plata, en la Francia del XVIII, se utilizó muchísimo, y con él se pintaban, la talla de los muebles, espejos, boiseries, que son paneles de madera en toda la estancia con decoración de tallas y escenas diversas. En aquella época no había calefacción, excepto chimeneas, y la madera daba calidez a las grandes habitaciones, los incendios eran de órdago, si saltaba una chispa de la chimenea aquello ardía como una falla.