En el Sur de la costa Atlántica, encontró Danielle una emigrante alemana , después de mucho buscar está espectacular casa justo a la salida del pueblo, la situación de la casa era la idónea, una fachada en piedra labrada, unas excepcionales vistas del campo, la proximidad a la ciudad de Burdeos y a las playas de la Gironde.
Es una propiedad vinícola de estilo de casa de artesano del siglo XIX, la distribución de la casa no ha sido modificada se ha puesto en valor todo su espíritu utilizando materiales de época, la decoración está basada en el estilo de los años “50”.
La cocina se ha tratado para que sirva de una gran pieza para ser vivida, comunica con los lados del jardín.
La chimenea de origen en ladrillo de barro visto, contrasta con el blanco de el suelo y el vajillero, refuerza el contraste la vajilla expuesta en loza de color blanco.
En la entrada una marquetería en el suelo en forma de roseta, pone en valor la escalera de madera de época, la banqueta, el espejo, las esculturas se han comprado en mercadillos.
Las puertas abiertas dejan ver el acogedor recibidor, donde la pared frontal han dejado el azulejo de adobe visto, a pesar que el concepto es rústico la decoración del muro y el mobiliario le dan el toque “Chic”
En el salón,para preservar las perspectivas y la sensación de espacio se ha omitido poner puertas. La piedra de Charente (Región de Francia) Dan un toque de autenticidad. Los sofás comprados en mercadillos y pintados en blanco por la propietaria.
Una de las habitaciones disfruta de un gran ventanal con acceso al jardín, ideal espacio para disfrutar del frescor y las vistas.
La habitación principal, toda decorada en blanco color que invita al reposo, todo el mobiliario comprado en brocantes ha sido policromado en blanco por la dueña, creando una unidad en el dormitorio.
En el cuarto de baño, espíritu de las termas romanas, que se consigue con esta bañera en ángulo como incrustada en la piedra.
