Cuando decidimos realizar este proyecto de vivir en el campo, tenía claro que quería perros. Siempre me han gustado y siempre he tenido otras razas más adaptadas a la ciudad, más pequeñas.  Quería un perro para campo, grande, duro, de pelo corto, que guardara la finca pero sin ser agresivo. Y me hablaron de un chico que vendía alanos, raza que, como mucha gente desconocía, y declarada extinguida, hasta que a principios de los ochenta la comisión de razas españolas RSCE.  Localizó algunos ejemplares en las Encartaciones. Estos pocos ejemplares se conservaron gracias a su funcionalidad, para el agarre del toro.

El alano español se utilizaba para la custodia de ganado y la caza mayor. Sus referencias históricas se remontan a las invasiones de tribus bárbaras como las de los alanos (de ahí su nombre) que originaron la raza del alano español, llevado a América por los españoles. Se llamaba perro de toro español, como refleja un grabado de Goya, en la llamada “Suerte al toro”, para azuzar a los toros mansos (animalitos). Ahora se utilizan para cazar jabalíes y custodia de ganado, yo no, yo los tengo para mi satisfacción  y es imposible que les devuelva todo el amor que ellos me dan. Pero animal que se meta en la finca véase, conejo, rata, gato, pájaro despistado, dura segundos, lo rodean y taca, y enseguida me acercan la pieza para que desayune o para que me dé cuenta de lo listos que son.

camada  de rumba

alanos

“Rumba” fue mi primera alana.  No se puede ser más lista y eso que he tenido muchos perros. Nos entendemos con la mirada. A Rumba la inseminaron, ya que a pesar de haberle buscado el alano más guapo de España, “Cartago Gorka de Monteleike”, de ANCAE, que es la asociación nacional de criadores de alano, no se dejó montar. La bruja de ella se pasó una semana en casa de Cartago comiendo jamón de york y no se dejó tocar ni un pelo.

Once perros espectaculares tuvo Rumba (hubo que hacerle cesárea), de los cuales solo uno murió aplastado, lo que es normal, pero yo me llevé un gran disgusto. Los criamos juntos y cada tres horas, día y noche, Rumba me avisaba para alimentarlos. Le dejaba tres a ella y los otros con biberón, alternándolos para que todos mamaran y tomaran biberón. Dos hubo que no consintieron el biberón solo querían a la madre, y uno de ellos me lo quedé, Gascón, que desde que nació tiene verdadera adoración por su madre. Al final me quedé tres machos: Gascón, Trifón y Sancho.  Fue una experiencia maravillosa pero al mismo tiempo agotadora. Imposible volver a realizarlo, un gran esfuerzo y dineral (las cajas de biberones de Royal Canin las compraba de tres en tres). El resultado es que tengo unos perros que se pasan con creces de los estándares de la raza.

 

con tres semanas

-“¡ Tres machos¡ Estás loca”,  me decía la veterinaria, y también otros conocidos que tienen perros, van a pelearse, imagínate peleas de perros de 55 kilos. Excepto  Vanesa, que es la secretaria de ANCAE. y a su vez dueña de Gorka padre de mis perros , que  me decía que estos perros cazan en rehalas, aceptan el grupo, el carácter es tranquilo y se amoldan a la jerarquía.

Tenía claro que esta vez tenía que ser yo el líder, y por primera vez actuar como tal, educarlos como perros, establecer límites y normas desde el principio.

Tres clases de educadores han pasado por mi finca. El de maneras bruscas, la ley del más fuerte, no me gusto nada y duró poco. Los psicólogos caninos (reforzar en positivo) mucho mejor ya que entendían a los perros. Por último, al tercero me desplazaba yo con uno de ellos para sociabilizar con otros perros, una buena experiencia.

 

mis alanos

El resultado, es que tengo tres perros magníficos, que con mis nietos son adorables, y yo en casa cuando estoy sola no estoy sola, me dan mucha tranquilidad. Mi lujo son mis cuatro alanos. Eso sí, dan trabajo. Yo los cuido mucho, mis perros no tienen parásitos, ni garrapatas, ni pulgas y viven en el campo, los he vacunado de leishmaniosis. Es no parar, pero debe ser así, no entiendo el maltrato animal, ni el abandono, no puedo con los que compran un perro para el niño como si fuera un juguete, y no lo cuidan o lo abandonan.

Espero que la ley de maltrato animal, entre en vigor pronto, y se acabe de una vez con él. Como yo, somos muchos los que lo esperamos.

Y si me preguntan ¿Quién manda? ¿Cuál es la jerarquía? Yo lo tengo clarísimo, la madre, la madre ladra y es a mí la legión, acuden los tres raudos y veloces, los tres mosqueteros. En esta empresa, Rumba es la subdirectora y yo la directora. Que por otra parte no es tan sorprendente ¿o sí?.

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