La última ópera que he visto en el Palau Reina Sofía, me ha parecido, en cuanto al sonido algo desconcertante, según una amiga profesora de música, «No tenemos el oído acostumbrado a esta música moderna en ópera». La ópera, se estrenó en Londres en 1945, como ópera totalmente contemporánea.
la puesta en escena, bajo la mirada de una decoradora, me ha parecido simplemente espectacular, jugando casi con lo monocromo, con unos paneles en negro y gris envejecido, rayado, que cambiaban de nivel y posición, para dar dinamismo a la escena.
Juego de luces, representando el mar cambiante con fuerza y dramatismo. El director de escena Willy Decker, ha conseguido, en mi opinión, sobriedad, elegancia y dinamismo.
Para mí, una simple amateur, hubo momentos sublimes, melódicos y más comprensibles, otros como de sonido cacofónico que me costaron más, pero compenso la escenografía.
Por Ofelia Aparici.