La cocina está emplazada cerca de la entrada, aislada de ella por un panel acristalado hecho a la medida. Pintado en blanco contrasta con el suelo en piedra azul y el techo con tableros de pino, el cerramiento de la cocina está pensado como verdaderas ventanas se completa con una repisa que sirve como pasa platos.
En este pequeño apartamento, un a su vez pequeño cerramiento de jardín hace las veces de gabinete de curiosidades.
La cristalera recuperada de un jardín de invierno de 1900, se integra perfectamente en este elegante espacio, las vidrieras emplomadas estructuran la pieza con ligereza y permiten apoyar el sofá de época del lado del salón.
En este dormitorio principal vestido de madera, un marco de ventana sirve de separación entre el dormitorio y el baño. Idea original que permite separar pero sin aislar, y resuelve un problema de claridad en una pieza obscura.
Récup et Brocante. Art&Décoration