Una de las tipologías que más me gustan, y que he vendido muy bien, son los trumeaux, que son espejos, espejos decorados y enmarcados con grandes marcos, rematados en copetes tallados o en escenas pictóricas de temáticas diferentes, como de animales pájaros, monos, o bodegones frutales, paisajes, lo ejecutaban pintores de segundo orden o siguiendo escuelas, en paisaje Claudio de Lorraine, o bucólicas basadas en la obra de Boucher, miles de influencias tienen estas escenas.
La tipología es francesa, se colocaban encima de las chimeneas, hay que tener en cuenta que las chimeneas eran altas y el espejo coincidía con la altura de las lámparas que lucían con velas y al reflejar la luz ampliaba la estancias considerablemente.
Los trumeaux, normalmente iban integrados en las boiseries, paneles de madera que recubrían toda la estancia, era como todo un conjunto de delicada ejecución. La madera daba calidez a las grandes habitaciones, la calefacción no existía.
En mi opinión, la madera es el material por excelencia para la decoración. Personalmente, un mueble de madera maciza por sí mismo, tiene todo mi respeto, independientemente del estilo o época, los muebles de madera no debían terminar en la basura, yo misma he recuperado de conteiner de obras, bastantes, la madera se restaura, se pinta, se utiliza para otra tipología.
La madera hay que cuidarla, darle una buena cera, sobre todo en los climas secos, es como ponerte en la cara una buena hidratante que la piel absorbe con ansiedad.
Hay que reutilizar, no tirar, en esta sociedad en la que vivimos, está establecido el consumo constante, la perdurabilidad no existe «Usar y tirar» este concepto no debe de afectar a los materiales nobles. La madera es un ser vivo y si se cuida, pasa de una generación a otra, el ejemplo lo podemos ver en la gran cantidad de muebles que nos han llegado de los siglos anteriores.
