En un paisaje de bruma y flores salvajes, increíblemente poético esta casa-fábrica de un pintor ruso, ha conservado los materiales, la metamorfosis la ha convertido en una sorprendente casa.
El comedor abierto a un paisaje incomparable, se ha dispuesto en el porche donde se han conservado todas las vigas antiguas.
Un gran arco de medio punto da acceso a la casa, se consigue toda la perspectiva de este inmenso loft, las puertas enceradas en gris mate son material de recuperación.
En la cocina tonos empolvados, objetos de brocantes sabiamente dispuestos confieren al espacio las cualidades de un cuadro.
La luz inunda todo el interior, gracias a las ventanas en el tejado, una colección de utensilios de madera reposan sobre las baldas superiores en un tono gris pálido.
Les secret des Belles Maisons. Art&Decoration
que hermoso lugar , sumamente monolitico y aislado de la realidad