Hay casas que guardan el paso del tiempo, la elegancia de otra época. Decoración intemporal, donde se siente el anuncio de la Navidad y el fin de año. Para proteger los volúmenes lo más abiertos posibles, respetando una cierta coherencia arquitectónica, la propietaria ha elegido colores suaves en los muros y suelos. Tintes mates en un camaïeu de grises y ocres.
Toda la magia de esta casa reposa en la elección de los objetos. La mayoría comprados en anticuarios, otros estupendas reediciones. En la noche, es la luz de las velas la que crea el ambiente. Una bonita colección de velas en vidrio mercurizado, muy en boga en el siglo XIXº, encima de la repisa de la chimenea, preparadas para recibir la Navidad, algunas son de época otra reediciones.
Tamizadas luces y espejos, crean ambientes llenos de elegancia, como aquí un trumeau del siglo XVIIIº, simplemente posado sobre una mesa en pino.
La elegancia de la casa se debe en gran parte, a los inmensos ventanales que dan sobre el jardín. Uno imagina el Norte de Francia como una región un poco triste, con grises y pesados cielos, una arquitectura algo pobre, fuera de todos estos clichés, la región de Picardie, fue una región rica gracias al comercio lana, al textil en general, con una burguesía bien arraigada que construyeron espléndidas villas. Fué un abogado hacía 1670 se hizo construir esta edificación típica de la arquitectura del siglo XVIIº, la casa posee una impresionante y austera fachada. Muchísimo trabajo durante varios meses que chuparon toda la energía de la familia, se puso en evidencia la magnitud de los volúmenes originales.
Cómoda Luis XVI en nogal, que soporta una bonita mezcla de objetos de ayer y de hoy, bolas hechas con vegetación, una reedición de un vaso Médici, y las luminosas velas en vidrio y metal.
Sobre la chimenea, colección de candeleros en cristal mercurizado, la guirnalda de tulipas de cristal es fantástica, el píe de lámpara en forma de vaso griego «Fabuloso», exquisita puesta en escena.
El comedor, juega con los tonos gris y blanco roto, tapicería de las sillas de alto respaldo en una arpillera de tono natural, buffet regional de época y estilo Luis XV, sobre un mantel de hilo de tono azul claro, una vajilla de porcelana azul, bonitos porta servilletas realizados con borlones en seda en tono azul,una corona de ramas de pino y lirios componen la escena, elegante mesa plena de romanticismo.
Un centro de mesa vegetal, una preciosa vajilla en porcelana, fondo blanco dibujo en azul cobalto, cristalería en fino cristal, cubertera de plata, todo preparado para la cena.
Incluso en la cocina, templo habitual de la modernidad, la propietaria excelente cocinera, ha elegido crear este ambiente un poco en desuso, sin renunciar al confort con la magnífica cocina Lacanche. Los objetos antiguos aquí encuentran su espacio, como el lavabo de baño con su gran recipiente en zinc, astutamente transformado en compotera XXL.
El dormitorio principal respira paz y calma, gracias a la utilización de colores apasionados colores en los muros y los grandes ventanales. Los propietarios han tenido la suerte de conservar las contra ventanas interiores, después de tener que de quitar innumerables capas de pintura, pero el resultado ha sido conseguir esta armonía de colores, topo y gris azul, que casa perfectamente con el suelo de pino natural. Otra buena idea, es el marco con tela «Toile de Joy» encima de la cama, utilizado también en los almohadones y la silla.
El dormitorio de los niños, en una mezcla de objetos antiguos, desde bien pequeños se educa en la apreciación de los objetos del pasado, con historia, el pupitre es fantástico.
La entrada al baño principal, el suelo del baño no se pudo recuperar, se puso un parque en madera de teka, la bañera, el lavabo, todo con su espíritu de época.
Maisons á vivre Campagne. nº93. Décembre 2017
