Una vieja granja en la campiña en la Provenza, refugio soñado de paz, bañado de fragancias y amenizado por el canto de los pájaros, en los altos del Grasse, es donde una pareja encontró su refugio de invierno, realizando una decoración inmensa de encanto «Charme» en comparación con la pequeña edificación. Esta antigua granja al fondo de una finca estaba abandonada, con la compañía de un olivo centenario. Una pareja de procedencia nórdica, con espíritu provenzal y amantes del sol, arquitecto y decorador/anticuario, quisieron realizar un pequeño paraíso. «El sitio no tenía nada de grandioso», pero fue este aspecto, como de casa de muñecas, donde residía su encanto y magia.
Tuvieron mucho cuidado en conducir la metamorfosis de la casa respetando fielmente su identidad. La idea era conservar el encanto de antaño; construida en el siglo XVIII, se ha reforzado en esta restauración, la apariencia original y su estilo campestre, todo aportando discretamente elementos de confort moderno. Gran tiesto de Anduze (Tengo un post de estos tiestos de «Anduze») en la puerta de entrada. La puerta de entrada es la original, doble puerta exterior e interior, para guardar la temperatura.
Todas las ventanas, son equipadas de postigos tanto exterior como interior, el reborde de la ventana y el póstigo , decorado con estrellas, hechas de ramas de olivo y pino, la puesta en escena es de una gran simplicidad, adecuada perfectamente a esta pequeña casa, a su pasado, a su paisaje.
Materiales naturales y tonos empolvados, cohabitan en esta pieza en un ambiente auténtico y acogedor. Textiles como el moire y el terciopelo, cristal de Bohemia, la vacilante luz de las velas, la casita vestida para pasar el invierno entre la rusticidad y refinamiento.
En un lado del salón, una doble banqueta provenzal de mimbre, a su lado un buffet de dos cuerpos del siglo XVIII, del mismo tono que la banqueta, encima de una mesa rústica, una colección de vasos de época y una jarra de cristal oriental, delicioso bodegón.
Se accede al único dormitorio por una estrecha escalera, como todo mobiliario, una cama de estilo Directorio, y una mesa de floristería, sobre esta mesita un pequeño trumeau, reedición del siglo XVIII, a su lado un reclinatorio en mimbre. La colcha de la cama en terciopelo en tono gris de acuerdo con los tonos de todo el espacio. El suelo de baldosas en barro de recuperación, y el techo con tablones a dos aguas, restaurado y pintado en azul/gris.
Detalle de la mesa de floristería, y el reclinatorio.
Muros y techos se han restaurado no solamente para sanear la casa, si no para agrandar ventanas, conseguir mayor luz natural, la chimenea abierta proporciona el calor, elegante sencillez, la decoración con estrellas de ramas de olivo y los pocos muebles pintados en tonos blancos resultan simples y auténticos lejos de toda severidad, el espacio animado por el juego de luces.
Voluntad de autenticidad, la decoración es la imagen de la «Maison de Charrier» La boutique/Estudio de Jean Luc Charrier, el dueño, originario de la región, conocedor de la Provenza como la palma de la mano. Muebles antiguos de la región, originales o reeditados, todo adaptado a los volúmenes, la voluntad de autenticidad se pone de manifiesto, lejos de toda severidad, al contrario, un delicado ambiente emana de este interior, con colores suaves, refinados textiles en contraste con la rudeza de materiales en bruto. La misma atmósfera confortable en el cuarto de baño. Lavabo en piedra, encima del lavabo un trumeau reeditado.
MAISONS, Village Campagne, Enero/Febrero 2018.
